viernes, 24 de febrero de 2012

Colombia en la Política Macroeconómica Internacional.



La visión externa, que de Colombia se tiene, se ve muy bien reflejada en el documento realizado por las Naciones Unidas en el año 2006, titulado, Análisis de la política de inversión: “Colombia es un país en desarrollo de ingresos medios, con una economía diversificada y varios polos urbanos e industriales. El país ha registrado crecimiento durante casi 50 años, ha gestionado sólidamente su economía y es una democracia. Tiene compañías grandes y modernas, nuevos sectores de exportación y una clase media pequeña pero bien instruida. Además, se beneficia de su situación entre dos océanos y cerca de los Estados Unidos. Sin embargo, comparado con sus competidores, sus capacidades científicas y tecnológicas son deficientes, su infraestructura es pobre y persiste un sentimiento de inseguridad, pese a los recientes éxitos del Gobierno.”
A la hora de realizar un análisis sobre la economía como el que nos ocupa en esta ocasión, se hace necesario echar un vistazo a la manera como nos ven desde el exterior. Desde un organismo tan serio y de tanto peso en las decisiones, tanto nacionales como internacionales, como lo es la Organización de las Naciones Unidas. Esta visión radiográfica del país, al margen de su objetividad ó su sesgo, ha fijado varios cursos determinantes en el comportamiento de las Inversiones Extranjeras Directas en nuestro país, es así, como se recoge en esta visión varios puntos que pueden registrarse, algunos como positivos, otros muy positivos y otros bastante menos positivos ó hasta negativos. Dentro de estos tema, uno de los mas importantes para el desarrollo del futuro económico que estamos viviendo, está la llamada Apertura Económica de 1991, impulsada por el entonces presidente Cesar Gaviria, de tendencias claramente neoliberales. Dicha apertura, permitió la entrada al país, no sólo de diversos capitales desde el exterior, sino también de muchísimas mercancías, no así en cuanto a la salida de inversiones nuestras y bastante menos de mercancías producidas por nuestra industria, que, al compas del ritmo de la apertura, le tocó bailar obligadamente, en un espacio-tiempo que no era el mas indicado para su salud. Es así, como numerosas pequeñas y medianas industrias vieron marchitarse sus esperanzas, con la entrada de mercancías producidas en el exterior, que por haber sido hechas mediante tecnologías mucho mas avanzadas que las disponibles en ese momento en el país, (entre otros factores), llegaron a nuestro medio cautivando a los consumidores nacionales por su calidad y precio. La anterior situación, para nada cómoda, se vio agravada tenazmente por la incapacidad del estado de detener el flujo de materias primas y de mercancías de contrabando, producidas a precios increíblemente bajos, y traídas al país, ya desde esa época, provenientes de lugares tan lejanos como la China. El resultado fue la quiebra de muchas de estas empresas, que no soportaron el peso de una apertura económica realizada sin recato para proteger a los pequeños capitales que se estaban apenas incubando, ó con poco tiempo de nacidos, en una incipiente y débil industria nacional.
Al margen de lo anterior, resulta interesante que el ingreso de las Inversiones Extranjeras Directas, no registraron un ascenso en nuestro país como podría haberse esperado, esto quizás por exceso de optimismo, por algo de miopía económica, ó tal vez por esa facilidad que tienen nuestros dirigentes para ver sólo lo que ellos quieren ver. El caso es que las mieles que eran de esperarse de un proceso tan doloroso, se han demorado demasiado en llegar. Era obvio, que no bastaba con abrirles las puertas a las IED para que entraran ventajosamente a nuestro país, sino que había que garantizarles la seguridad, asunto este que en ese momento menos que nunca, dependía del Estado ó del gobierno que regía sus destinos, sino de una situación política y social sumamente adversa, reflejada en el narcotráfico, la guerrilla y el paramilitarismo, cada uno con su respetiva dosis de terror que, afectaba abismalmente la imagen de estabilidad económica de los capitales extranjeros en nuestro país. La anunciada y esperada llegada de IED no llegó, ó al menos no tan abultadamente como se deseaba, y en cambio, esos capitales llegaron con mucho a otras latitudes de la misma América Latina a países como Chile y Argentina.
Haciendo caso omiso de todas las anteriores circunstancias, la economía nacional aprendió por el camino más difícil, la valía de la diversificación de la economía, de la mano quizás, de esas inversiones extranjeras que no se dejaron amedrentar por la crítica situación colombiana, sino que se lanzaron a la aventura de confiar en las instituciones y la democracia nacionales.
Sin embargo, aún hoy, persisten reticencias. Ya no tanto por la guerra y el terrorismo internos representados casi íntegramente por las guerrillas marxistas, (que han sido mas bien relegadas a las montañas y la selva), sino mas bien a causa de otros factores tomados en cuenta dentro de las decisiones tomadas por parte de los grandes capitales para mudarse a otros países. Preocupaciones como las normas aplicables a la resolución de conflictos, y las compensaciones por expropiación (pese a nuestra obvia ventaja sobre la Venezuela de Hugo Chávez), los tratados de inversión, el régimen fiscal de las empresas, que “no es competitivo” por todo lo anterior, se propone “una mayor flexibilidad en las leyes laborales, una regulación más independiente de los servicios públicos y el establecimiento de niveles más altos de gobierno corporativo. También pide la simplificación de las leyes comerciales, la consolidación del Código de Comercio y el fortalecimiento del sistema de justicia comercial”.

Existen además de los anteriores un par de variables que sí dependen del gobierno nacional, una la de la promoción de la inversión extranjera en nuestro país IED, que buscaba el aumento de la competitividad nuestra frente a los demás países de la región y frente al mundo, la otra, que busca la promoción de las exportaciones, muy en contravía de los grandes organismos rectores de la economía mundial, en nuestro país, aunque para ellos son dos temas aparte, terminamos por fusionarlos.
Al margen de lo anterior, la inmersión inmisericorde que se realizó en el gobierno de Cesar Gaviria Trujillo dentro de las tendencias de la economía mundial y todos sus contradictores, (en el sentido de que sí era necesaria, pero que debía ser gradual), la ventaja mas sobresaliente que existe para Colombia, por el hecho de encontrarse en medio de los mares del sistema económico mundial, es precisamente que, de no estar en este lugar, nuestra economía estaría posiblemente relegada a los últimos lugares de la tabla de IED a nivel mundial.
En este  momento, vemos a una Colombia que se apresta para adentrarse en el fabuloso mundo del TLC con los Estados Unidos, en medio, eso sí, de multitudes de negociaciones y tratados ya firmados con otros grupos y países del orbe entero. En medio de este maremágnum, está Colombia, con todas sus virtudes y defectos, dos de estos, quizás de los mas graves, son, primero, el de la falta de infraestructura vial acorde con las exigencias que se vienen, y segundo, el bajo nivel tecnológico que sufrimos, tecnología esta, absolutamente necesaria para entrar en una competencia en el marco de una economía cada vez mas rápidamente globalizada.
Colombia pertenece a un alto número de organizaciones ó entidades multilaterales, dentro de ellas podemos mencionar la CAF, OEA, OMC, el SELA, entre muchas otras. Cabe mencionar aquí a la CAN, en contraposición con UNASUR. La CAN, a la que pertenece Colombia, ha sido una gran ayuda pese a sus problemas durante toda su historia, y, UNASUR, con Hugo Chávez a la cabeza, tratando de ejercer su hegemonía en ella. Sin embargo, falta sobre esto mucha historia por escribirse, toda vez que los últimos acontecimientos políticos han enfriado un poco el candente escenario económico-político derivado de las malas relaciones bilaterales entre Venezuela y Colombia, en la época de la presidencia de Álvaro Uribe. Por otra parte, existen muy buenas perspectivas con relación a los tratados con México, y aún más, los tratados con la UE y la China. Todas las anteriores, posibilidades que quizás no estarían tan claras de no haberse dado la apertura del 91.
En este estado de cosas, y sabiendo que un buen sistema financiero internacional debe maximizar el flujo del comercio y las inversiones internacionales, y, de ésta manera, lograr la distribución de las ganancias entre los países de manera equitativa, Colombia, cuyo mercado esta regulado por la bolsa de valores de Colombia, ha resultado relativamente fuerte en éste ámbito, en medio de las crisis económicas de los últimos años, (2008-2009 específicamente), prueba de esto, debería de ser el hecho de que Colombia es hoy en día, un mercado muy aceptado en la bolsas de valores internacionales, tanto es esto así, que hay varias empresas nacionales que cotizan sus acciones en la bolsa de New York, y se esta trabajando en un proceso de unificación de bolsas de algunos países de sur América entre ellos la de Brasil que es una de las mas grandes e importantes en Latinoamérica.

El moderador internacional del sistema económico global, El Fondo Monetario Internacional, organismo de las Naciones Unidas que desde 1945 contribuye  al estímulo del buen funcionamiento de la economía mundial. Su fin es evitar las crisis en el sistema, alentando a los países a adoptar medidas de política económica bien fundadas, y a la vez, servir como un fondo al que los países miembros que necesiten financiamiento temporal pueden recurrir para superar los problemas de balanza de pagos. Gracias a la creciente entrada de IED en nuestro país, Colombia entró con una posición algo cómoda dentro del establecimiento de las del 2008-2009 y gracias también a que Colombia ha manejado una adecuada política de regulación que le ha permitido tener estabilidad y credibilidad en los mercados internacionales, la crisis financiera no afectó tan severamente al país. El año 2008, se caracterizó por un comportamiento decreciente en la economía, Colombia, que desde el 2002 al 2006 estuvo en un ciclo expansivo de la economía (debido a las favorables condiciones internacionales las cuales permitieron a la económica colombiana obtener un buen rendimiento en su balanza comercial), al mismo tiempo sufría las consecuencias de los incrementos en el nivel general de precios. Entre los factores generadores de inflación mas destacados, estuvo el incremento de los precios del petróleo que condujo a un encarecimiento de los insumos utilizados tanto para productos agrícolas como industriales, esto causó incrementos en los costos de producción de varios sectores traduciéndose en los precios de los productos. También registró un comportamiento creciente del índice de precios de los servicios públicos, lo cual contribuyo a agravar el comportamiento de su respectivo índice. Lo anterior, era a nivel de oferta. A nivel de demanda, hubo un fenómeno sustentado en el incremento del consumo debido a las mayores remesas e ingresos obtenidos por los colombianos, producto del buen comportamiento económico. Un elemento que afectó grandemente la economía fue la crisis hipotecaria en Estados Unidos, que llevó a la economía Estadounidense a un estado de recesión que se transmitió por muchos países ocasionando una crisis económica global. Colombia no fue ajena, y varios de sus indicadores económicos se vieron afectados de forma negativa. Entre ellos estuvo el consumo además del desempleo.

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