La
visión externa, que de Colombia se tiene, se ve muy bien reflejada en el
documento realizado por las Naciones Unidas en el año 2006, titulado, Análisis
de la política de inversión: “Colombia es un país en desarrollo de ingresos
medios, con una economía diversificada y varios polos urbanos e industriales.
El país ha registrado crecimiento durante casi 50 años, ha gestionado
sólidamente su economía y es una democracia. Tiene compañías grandes y
modernas, nuevos sectores de exportación y una clase media pequeña pero bien
instruida. Además, se beneficia de su situación entre dos océanos y cerca de
los Estados Unidos. Sin embargo, comparado con sus competidores, sus
capacidades científicas y tecnológicas son deficientes, su infraestructura es
pobre y persiste un sentimiento de inseguridad, pese a los recientes éxitos del
Gobierno.”
A la
hora de realizar un análisis sobre la economía como el que nos ocupa en esta
ocasión, se hace necesario echar un vistazo a la manera como nos ven desde el
exterior. Desde un organismo tan serio y de tanto peso en las decisiones, tanto
nacionales como internacionales, como lo es la Organización de las Naciones
Unidas. Esta visión radiográfica del país, al margen de su objetividad ó su
sesgo, ha fijado varios cursos determinantes en el comportamiento de las
Inversiones Extranjeras Directas en nuestro país, es así, como se recoge en
esta visión varios puntos que pueden registrarse, algunos como positivos, otros
muy positivos y otros bastante menos positivos ó hasta negativos. Dentro de
estos tema, uno de los mas importantes para el desarrollo del futuro económico
que estamos viviendo, está la llamada Apertura Económica de 1991, impulsada por
el entonces presidente Cesar Gaviria, de tendencias claramente neoliberales. Dicha
apertura, permitió la entrada al país, no sólo de diversos capitales desde el
exterior, sino también de muchísimas mercancías, no así en cuanto a la salida
de inversiones nuestras y bastante menos de mercancías producidas por nuestra
industria, que, al compas del ritmo de la apertura, le tocó bailar
obligadamente, en un espacio-tiempo que no era el mas indicado para su salud.
Es así, como numerosas pequeñas y medianas industrias vieron marchitarse sus
esperanzas, con la entrada de mercancías producidas en el exterior, que por haber
sido hechas mediante tecnologías mucho mas avanzadas que las disponibles en ese
momento en el país, (entre otros factores), llegaron a nuestro medio cautivando
a los consumidores nacionales por su calidad y precio. La anterior situación,
para nada cómoda, se vio agravada tenazmente por la incapacidad del estado de
detener el flujo de materias primas y de mercancías de contrabando, producidas
a precios increíblemente bajos, y traídas al país, ya desde esa época, provenientes
de lugares tan lejanos como la China. El resultado fue la quiebra de muchas de
estas empresas, que no soportaron el peso de una apertura económica realizada
sin recato para proteger a los pequeños capitales que se estaban apenas
incubando, ó con poco tiempo de nacidos, en una incipiente y débil industria
nacional.
Al
margen de lo anterior, resulta interesante que el ingreso de las Inversiones
Extranjeras Directas, no registraron un ascenso en nuestro país como podría
haberse esperado, esto quizás por exceso de optimismo, por algo de miopía
económica, ó tal vez por esa facilidad que tienen nuestros dirigentes para ver
sólo lo que ellos quieren ver. El caso es que las mieles que eran de esperarse
de un proceso tan doloroso, se han demorado demasiado en llegar. Era obvio, que
no bastaba con abrirles las puertas a las IED para que entraran ventajosamente
a nuestro país, sino que había que garantizarles la seguridad, asunto este que
en ese momento menos que nunca, dependía del Estado ó del gobierno que regía
sus destinos, sino de una situación política y social sumamente adversa,
reflejada en el narcotráfico, la guerrilla y el paramilitarismo, cada uno con
su respetiva dosis de terror que, afectaba abismalmente la imagen de
estabilidad económica de los capitales extranjeros en nuestro país. La
anunciada y esperada llegada de IED no llegó, ó al menos no tan abultadamente
como se deseaba, y en cambio, esos capitales llegaron con mucho a otras
latitudes de la misma América Latina a países como Chile y Argentina.
Haciendo
caso omiso de todas las anteriores circunstancias, la economía nacional
aprendió por el camino más difícil, la valía de la diversificación de la
economía, de la mano quizás, de esas inversiones extranjeras que no se dejaron
amedrentar por la crítica situación colombiana, sino que se lanzaron a la
aventura de confiar en las instituciones y la democracia nacionales.
Sin
embargo, aún hoy, persisten reticencias. Ya no tanto por la guerra y el
terrorismo internos representados casi íntegramente por las guerrillas
marxistas, (que han sido mas bien relegadas a las montañas y la selva), sino
mas bien a causa de otros factores tomados en cuenta dentro de las decisiones tomadas
por parte de los grandes capitales para mudarse a otros países. Preocupaciones
como las normas aplicables a la resolución de conflictos, y las compensaciones
por expropiación (pese a nuestra obvia ventaja sobre la Venezuela de Hugo
Chávez), los tratados de inversión, el régimen fiscal de las empresas, que “no
es competitivo” por todo lo anterior, se propone “una mayor flexibilidad en las
leyes laborales, una regulación más independiente de los servicios públicos y
el establecimiento de niveles más altos de gobierno corporativo. También pide la
simplificación de las leyes comerciales, la consolidación del Código de
Comercio y el fortalecimiento del sistema de justicia comercial”.
Existen
además de los anteriores un par de variables que sí dependen del gobierno
nacional, una la de la promoción de la inversión extranjera en nuestro país
IED, que buscaba el aumento de la competitividad nuestra frente a los demás
países de la región y frente al mundo, la otra, que busca la promoción de las
exportaciones, muy en contravía de los grandes organismos rectores de la
economía mundial, en nuestro país, aunque para ellos son dos temas aparte,
terminamos por fusionarlos.
Al
margen de lo anterior, la inmersión inmisericorde que se realizó en el gobierno
de Cesar Gaviria Trujillo dentro de las tendencias de la economía mundial y
todos sus contradictores, (en el sentido de que sí era necesaria, pero que
debía ser gradual), la ventaja mas sobresaliente que existe para Colombia, por
el hecho de encontrarse en medio de los mares del sistema económico mundial, es
precisamente que, de no estar en este lugar, nuestra economía estaría
posiblemente relegada a los últimos lugares de la tabla de IED a nivel mundial.
En
este momento, vemos a una Colombia que
se apresta para adentrarse en el fabuloso mundo del TLC con los Estados Unidos,
en medio, eso sí, de multitudes de negociaciones y tratados ya firmados con
otros grupos y países del orbe entero. En medio de este maremágnum, está
Colombia, con todas sus virtudes y defectos, dos de estos, quizás de los mas
graves, son, primero, el de la falta de infraestructura vial acorde con las
exigencias que se vienen, y segundo, el bajo nivel tecnológico que sufrimos,
tecnología esta, absolutamente necesaria para entrar en una competencia en el
marco de una economía cada vez mas rápidamente globalizada.
Colombia
pertenece a un alto número de organizaciones ó entidades multilaterales, dentro
de ellas podemos mencionar la CAF, OEA, OMC, el SELA, entre muchas otras. Cabe
mencionar aquí a la CAN, en contraposición con UNASUR. La CAN, a la que
pertenece Colombia, ha sido una gran ayuda pese a sus problemas durante toda su
historia, y, UNASUR, con Hugo Chávez a la cabeza, tratando de ejercer su
hegemonía en ella. Sin embargo, falta sobre esto mucha historia por escribirse,
toda vez que los últimos acontecimientos políticos han enfriado un poco el
candente escenario económico-político derivado de las malas relaciones
bilaterales entre Venezuela y Colombia, en la época de la presidencia de Álvaro
Uribe. Por otra parte, existen muy buenas perspectivas con relación a los
tratados con México, y aún más, los tratados con la UE y la China. Todas las
anteriores, posibilidades que quizás no estarían tan claras de no haberse dado
la apertura del 91.
En
este estado de cosas, y sabiendo que un buen sistema financiero internacional
debe maximizar el flujo del comercio y las inversiones internacionales, y, de
ésta manera, lograr la distribución de las ganancias entre los países de manera
equitativa, Colombia, cuyo mercado esta regulado por la bolsa de valores de
Colombia, ha resultado relativamente fuerte en éste ámbito, en medio de las
crisis económicas de los últimos años, (2008-2009 específicamente), prueba de
esto, debería de ser el hecho de que Colombia es hoy en día, un mercado muy
aceptado en la bolsas de valores internacionales, tanto es esto así, que hay
varias empresas nacionales que cotizan sus acciones en la bolsa de New York, y
se esta trabajando en un proceso de unificación de bolsas de algunos países de
sur América entre ellos la de Brasil que es una de las mas grandes e
importantes en Latinoamérica.
El
moderador internacional del sistema económico global, El Fondo Monetario
Internacional, organismo de las Naciones Unidas que
desde 1945 contribuye al estímulo del
buen funcionamiento de la economía mundial. Su fin es evitar las crisis en
el sistema, alentando a los países a adoptar medidas de política económica bien
fundadas, y a la vez, servir como un fondo al que los países miembros que
necesiten financiamiento temporal pueden recurrir para superar los problemas de
balanza de pagos. Gracias a la creciente entrada de IED en nuestro país,
Colombia entró con una posición algo cómoda dentro del establecimiento de las
del 2008-2009 y gracias también a que Colombia ha manejado una adecuada
política de regulación que le ha permitido tener estabilidad y credibilidad en
los mercados internacionales, la crisis financiera no afectó tan severamente al
país. El año 2008, se
caracterizó por un comportamiento decreciente en la economía, Colombia, que desde
el 2002 al 2006 estuvo en un ciclo expansivo de la economía (debido a las
favorables condiciones internacionales las cuales permitieron a la económica
colombiana obtener un buen rendimiento en su balanza comercial), al mismo
tiempo sufría las consecuencias de los incrementos en el nivel general de
precios. Entre los factores generadores de inflación mas destacados, estuvo el
incremento de los precios del petróleo que condujo a un encarecimiento de los
insumos utilizados tanto para productos agrícolas como industriales, esto causó
incrementos en los costos de producción de varios sectores traduciéndose en los
precios de los productos. También registró un comportamiento creciente del
índice de precios de los servicios públicos, lo cual contribuyo a agravar el
comportamiento de su respectivo índice. Lo anterior, era a nivel de oferta. A
nivel de demanda, hubo un fenómeno sustentado en el incremento del consumo
debido a las mayores remesas e ingresos obtenidos por los colombianos, producto
del buen comportamiento económico. Un elemento que afectó grandemente la
economía fue la crisis hipotecaria en Estados Unidos, que llevó a la economía Estadounidense
a un estado de recesión que se transmitió por muchos países ocasionando una
crisis económica global. Colombia no fue ajena, y varios de sus indicadores
económicos se vieron afectados de forma negativa. Entre ellos estuvo el consumo
además del desempleo.
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